El arquitecto francés y antiguo pintor de graffiti Stefan Malka desarrolló un proyecto de restaurante que sintetiza notas míticas de la naturaleza y elementos modernos de la arquitectura. La peculiaridad del proyecto es su pared de fachada inusual, que consiste en plantas vivas, inusualmente dispuestas y construidas en el edificio, que con el tiempo cubrirán el edificio del restaurante con una especie de cubierta natural.
La idea del arquitecto era llevar a la escasa vida de la ciudad la belleza pura de la naturaleza y la diversidad. El presupuesto para la construcción de un restaurante tan colorido fue de 987,000 euros.
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